El 26 de octubre conmemoramos el Día Nacional del Daño Cerebral Adquirido.
Una fecha para recordar que, en España, viven aproximadamente medio millón de personas con Daño Cerebral Adquirido. Una fecha que nos convoca a visibilizar su realidad y la de sus familias, reconocer sus derechos y reclamar una atención adecuada a sus necesidades.
Este año celebramos el 30 aniversario de la Federación Española de Daño Cerebral. Tres décadas en las que personas con DCA y familias hemos generado espacios de apoyo, comprensión y defensa de nuestros derechos.
El DCA se produce, de forma súbita, por diferentes causas (ictus, traumatismos craneoencefálicos, tumores cerebrales, anoxias, …). Sus secuelas —físicas, cognitivas, conductuales o emocionales— transforman radicalmente la vida.
Frente a esa realidad, es imprescindible que las administraciones garanticen respuestas coordinadas, equitativas y universales. Insistimos en nuestras reivindicaciones como movimiento asociativo:
- La creación de un código diagnóstico específico de DCA al alta hospitalaria para mejorar el seguimiento y la atención desde el primer momento;
- una Estrategia o Plan Nacional de Atención al DCA que coordine recursos, servicios y apoyos de forma integral;
- la elaboración de un censo estatal de personas con DCA que permita conocer cifras reales que contemplen todas las causas;
- y el acceso a una atención integral, inclusiva y universal que contemple a las familias y a la diversidad de realidades, como los y las menores con DCA infantil, las personas con DCA gravemente afectadas o con problemas de salud mental, o las personas en situación de mayor vulnerabilidad.
Recordamos hoy también la urgencia de contar con más recursos especializados, apoyos técnicos y personales que garanticen la autonomía, la formación específica de profesionales y oportunidades reales de participación social y ocio inclusivo. Y, especialmente, el reconocimiento para una discapacidad a menudo invisible, que requiere acompañamiento y apoyo continuado.
Las asociaciones de Daño Cerebral son, desde hace tres décadas, un motor de transformación social. Son espacios de reunión y esperanza, donde las personas encuentran comprensión, información, terapias y apoyos que no hallan en otros lugares. Son, sobre todo, comunidades que construyen dignidad.
Hoy, 26 de octubre, reclamamos a las instituciones un compromiso real y sostenido que garantice los derechos y la inclusión de las personas con DCA y de sus familias. Treinta años de lucha nos avalan; exigimos que los próximos sean de igualdad, inclusión plena y respeto.
Este manifiesto ha sido elaborado con la participación de personas con DCA de asociaciones de diferentes partes de España
 
								 
															








